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En la repostería cubana, existen postres que son sinónimo de fiesta, de cumpleaños y de momentos especiales. El dobosh cubano es, sin duda, uno de ellos. Este pastel de múltiples capas, con su bizcocho esponjoso y su crema de chocolate intensa, es una joya de la cocina tradicional que evoca recuerdos de mesas llenas de familiares y el dulce aroma de la felicidad. No es solo un postre; es una tradición, una obra de arte comestible que se prepara con amor y se disfruta con una sonrisa. Cada dobosh cubano cuenta una historia y es un símbolo de unión familiar.
El nombre «dobosh» proviene del pastel húngaro «dobos torta», pero a lo largo de los años, la versión cubana ha desarrollado su propia identidad. En la isla, se caracteriza por sus finas capas de bizcocho que se intercalan con un relleno de crema de mantequilla y chocolate, y se culmina con una cobertura brillante y tentadora. Preparar un dobosh cubano es un desafío gratificante que recompensa cada minuto de esfuerzo con un bocado de pura nostalgia. Cada bocado de dobosh cubano es un viaje a través de los sabores de Cuba.
La Preparación: El Arte de la Repostería Tradicional
Hacer un dobosh es un proceso en tres partes: el bizcocho, la crema y el baño de chocolate. Cada componente debe ser perfecto para lograr el resultado final. La paciencia y la precisión son tus mejores aliadas en esta dulce aventura.
Además, el dobosh cubano se ha convertido en un ícono de la cultura culinaria de Cuba, siendo un postre imprescindible en las celebraciones más importantes.
La preparación de un dobosh cubano requiere dedicación, pero el resultado final vale la pena cada esfuerzo.

El Bizcocho Esponjoso: La Base del Sabor
La textura del dobosh cubano es lo que realmente lo diferencia de otros pasteles, ofreciendo una experiencia única en cada capa.
La clave de un dobosh auténtico son las finas capas de bizcocho. Es fundamental que sea ligero y esponjoso, no un pastel denso.
Ingredientes:
- 6 huevos grandes, separados.
- 1 taza de azúcar.
- 1 taza de harina de trigo, tamizada.
- 1 cucharadita de extracto de vainilla.
- Una pizca de sal.
Procedimiento:
- Precalienta tu horno a 180°C (350°F). Prepara dos o tres moldes redondos (de 8 a 9 pulgadas de diámetro) con papel de hornear en el fondo. Esto facilitará el desmolde.
- En un bol grande, bate las claras de huevo a punto de nieve con la sal. Una vez que estén firmes, añade gradualmente la mitad del azúcar mientras sigues batiendo hasta obtener un merengue brillante.
- En otro bol, bate las yemas con el resto del azúcar y la vainilla hasta que la mezcla se vuelva pálida y espumosa.
- Combina las mezclas. Agrega una porción del merengue a las yemas batidas para aligerar la mezcla, luego incorpora suavemente el resto del merengue con movimientos envolventes. Por último, añade la harina tamizada de a poco, mezclando con cuidado para no bajar la mezcla.
- Divide la masa equitativamente entre los moldes preparados y extiéndela con una espátula para que quede lo más fina posible.
- Hornea cada capa por unos 10-15 minutos, o hasta que un palillo insertado en el centro salga limpio. Deja que se enfríen completamente sobre una rejilla.
El Relleno Cremoso: El Corazón del Dobosh
Este relleno es la estrella del pastel, la razón por la que el dobosh es tan adictivo.
Ingredientes:
- 250 gramos de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente.
- 2 tazas de azúcar en polvo, tamizada.
- 1/2 taza de leche.
- 1/2 taza de cacao en polvo sin azúcar.
- 1 cucharadita de extracto de vainilla.
Procedimiento:
- En un bol grande, bate la mantequilla a velocidad media-alta hasta que esté pálida y cremosa.
- Añade gradualmente el azúcar en polvo, batiendo a velocidad baja al principio para evitar que el azúcar salga volando. Una vez que esté bien incorporado, aumenta la velocidad y bate hasta que la mezcla esté ligera y esponjosa.
- Incorpora el cacao en polvo y la vainilla, y sigue batiendo. Por último, añade la leche poco a poco hasta obtener una crema suave y homogénea.
Es un dulce que, al ser compartido, une a las familias y amigos, haciendo de cada dobosh cubano un momento memorable.
Montaje y Decoración: Creando la Obra Maestra
El montaje del dobosh es un ritual de paciencia. Es el paso donde todas las partes se unen para crear la magia.
Capas de Sabor: El Secreto del Dobosh
- Selecciona tus capas de bizcocho. Si no son perfectamente planas, puedes recortarlas con un cuchillo.
- Coloca la primera capa de bizcocho en un plato para pastel. Cubre con una capa generosa de la crema de chocolate. Extiéndela de manera uniforme con una espátula.
- Continúa apilando las capas de bizcocho y crema hasta que solo quede una capa de bizcocho para la parte superior.
El Toque Final: El Baño de Chocolate
- Para la cobertura, derrite 100 gramos de chocolate semi-amargo en baño María o en el microondas.
- Una vez que esté derretido, vierte el chocolate sobre la parte superior del pastel y extiéndelo rápidamente con una espátula. No te preocupes si no queda perfecto, el encanto del dobosh está en su aspecto casero.
- Puedes decorar los lados con chocolate rallado o dejarlo liso. Lleva el pastel al refrigerador para que el chocolate se endurezca y el pastel se asiente. Lo ideal es dejarlo reposar al menos 2 horas, pero es mejor si es de un día para otro para que los sabores se integren por completo.
Más Allá de la Receta: Un Bocado de Nostalgia y Felicidad
El dobosh cubano no es solo un pastel. Es el centro de las celebraciones, el postre que se corta con emoción en los cumpleaños y el dulce que se sirve en las fiestas de 15 años. Su presencia en la mesa es una declaración de que algo importante está sucediendo, de que la familia y los amigos se han reunido para compartir un momento de alegría.
Para los cubanos, tanto en la isla como en el extranjero, el dobosh es un sabor de hogar. Cada bocado de su bizcocho ligero y su crema de chocolate es un recordatorio de una cultura vibrante y de la fuerza de los lazos familiares. Es una receta que se transmite de generación en generación, con cada abuela añadiendo su toque personal, manteniendo viva una tradición que se niega a desaparecer.
El dobosh es un testimonio del ingenio y la resiliencia del pueblo cubano, que ha adaptado un pastel de otro país para hacerlo suyo, con su propio estilo y sabor. Es una dulce obra de arte que nos recuerda que, no importa dónde estemos, siempre podemos llevar un pedacito de Cuba en el corazón
Cuando se sirve un dobosh cubano, es más que un postre; es una celebración de la vida misma.
El dobosh cubano simboliza el amor y el esfuerzo que se pone en la cocina, llevando el sabor de Cuba a cada rincón del mundo.
Al disfrutar de un dobosh cubano, se revive la tradición y se honra a quienes han hecho posible esta deliciosa receta.
Así, el dobosh cubano se convierte en un emblema de la identidad cubana, presente en cada celebración que se respete.
El dobosh cubano es, sin duda, uno de los postres más queridos y emblemáticos que se pueden encontrar.
Al final del día, cada dobosh cubano que se comparte es un recordatorio de la importancia de la comunidad y el amor en la mesa.
¿Cuál es la clave para un buen bizcocho de dobosh?
La clave es lograr que las capas de bizcocho sean finas y muy esponjosas, lo que se logra batiendo las claras y yemas de huevo por separado.
¿Qué lo diferencia de otros pasteles?
Su sabor distintivo y su estructura en capas, con una crema de chocolate intensa y una cobertura brillante.