Table of Contents
Pollo, este ingrediente es increíblemente versátil que se adapta a una gran variedad de preparaciones. Ya sea que busques una comida reconfortante, una opción rápida para la semana, o algo para impresionar a tus invitados, es una excelente elección. Aquí te presentamos tres de las mejores maneras de cocinar, asegurando resultados deliciosos y llenos de sabor.
El asado al horno es un plato clásico que nunca decepciona. Con la técnica adecuada, puedes lograr una piel crujiente y carne jugosa que se deshace en la boca.
Preparación para un Asado Perfecto
El secreto de un asado perfecto comienza con la preparación.
- Secado: Seca bien el pollo con papel de cocina, tanto por dentro como por fuera. Esto es crucial para obtener una piel crujiente.
- Sazonado: Sazona generosamente el pollo. Puedes usar una mezcla simple de sal, pimienta, ajo en polvo y pimentón, o experimentar con hierbas frescas como romero, tomillo y salvia.
- Grasa: Unta el pollo con un poco de aceite de oliva o mantequilla derretida para ayudar a que la piel se dore y quede crujiente.
Consejos para una Piel Crujiente
- Temperatura del Horno: Comienza con el horno a una temperatura alta (200-220°C) durante los primeros 20-30 minutos para dorar la piel, luego reduce la temperatura a 180°C para terminar de cocinar el interior sin que se queme.
- Rejilla: Asa el pollo sobre una rejilla dentro de la bandeja para hornear. Esto permite que el aire caliente circule alrededor del pollo, asegurando una cocción uniforme.
- No Perforar: Evita perforar el pollo innecesariamente mientras se cocina, ya que esto libera los jugos y puede resultar en un pollo seco.
El Arte de Asar y el Punto de Cocción Ideal
El tiempo de cocción dependerá del tamaño de la carne. Una guía general es calcular unos 20-25 minutos por cada 500 gramos. Sin embargo, la mejor manera de asegurar que esté perfectamente cocido es usar un termómetro de cocina. La temperatura interna debe alcanzar los 75°C en la parte más gruesa, sin tocar el hueso.
Durante el asado, puedes bañar el pollo con sus propios jugos cada 20-30 minutos para mantenerlo húmedo y añadir más sabor. Si la piel se está dorando demasiado rápido, cúbrelo ligeramente con papel de aluminio.

2. Al Sarten
Cocinar pollo en la sartén es una excelente opción para una comida rápida y deliciosa. Este método permite una gran versatilidad en cuanto a sabores y salsas.
Sellado para una Carne Jugosa
El secreto para un pollo a la sartén jugoso es sellarlo correctamente.
- Calienta la Sartén: Calienta una sartén grande a fuego medio-alto con un poco de aceite.
- Sella el Pollo: Sella los trozos de pollo (pechugas, muslos, contramuslos) por todos lados hasta que estén dorados. Este proceso crea una costra que ayuda a retener los jugos, resultando en un pollo más jugoso.
Salsas que Hacen la Diferencia
Una vez que el pollo está sellado, puedes añadir una variedad de ingredientes para crear salsas deliciosas. Aquí tienes algunas ideas:
- Salsa de Vino Blanco: Añade vino blanco, caldo de pollo, ajo picado y hierbas como tomillo y romero. Deja que la salsa se reduzca hasta que espese ligeramente.
- Salsa de Limón y Miel: Una combinación agridulce que complementa muy bien el pollo. Incorpora jugo de limón, miel, ajo picado y un poco de mostaza.
- Salsa Teriyaki: Prepara una salsa teriyaki casera con salsa de soja, mirin (o vino de arroz), azúcar moreno, jengibre rallado y ajo picado.
También puedes marinar la carne antes de cocinarla para añadir aún más sabor. Un marinado de yogur con especias como el curry, el comino y el cilantro no solo añade sabor, sino que también ayuda a ablandar la carne.
Control del Tiempo y la Temperatura
El tiempo de cocción dependerá del tamaño de los trozos. Las pechugas suelen tardar unos 6-8 minutos por lado, mientras que los muslos pueden requerir un poco más. Es importante no sobrecocinar para evitar que se seque.
,type=downsize)
3. Guisado: Un Abrazo en un Plato
El guisado es un plato reconfortante, perfecto para los días fríos o para disfrutar de una comida casera y sustanciosa sin necesidad de usar pollo.
La Base de un Buen Guiso: El Sofrito
El secreto de un guiso lleno de sabor está en un buen sofrito.
- Prepara el Sofrito: Comienza sofriendo cebolla picada, ajo, pimiento y zanahoria en un poco de aceite de oliva hasta que estén tiernos y ligeramente dorados. Esta base de verduras añade profundidad y dulzor al guiso.
Ingredientes para un Guiso Completo
El pollo guisado es muy versátil y se puede enriquecer con diversos ingredientes. Algunas adiciones populares incluyen:
- Patatas: Aportan sustancia y absorben los sabores del guiso.
- Champiñones: Añaden un toque terroso y umami.
- Guisantes: Aportan un toque de dulzor y color.
- Tomate: Utiliza tomate triturado o en trozos para crear un caldo rico y sabroso.
- Hierbas: Las hierbas como el laurel, el tomillo y el romero realzan el aroma y el sabor del guiso.
La clave para una carne guisada tierna y deliciosa es la cocción lenta. Después de sellar la carne y preparar el sofrito, añade la carne a la olla junto con el resto de los ingredientes y caldo o vino. Lleva la mezcla a ebullición, luego reduce el fuego a bajo, tapa la olla y deja cocinar a fuego lento durante al menos 45 minutos a 1 hora, o hasta que la carne esté muy tierna.
La clave para un guiso tierno y delicioso es la cocción lenta. Después de sellar la carne y preparar el sofrito, añade la carne a la olla junto con el resto de los ingredientes y caldo o vino. Lleva la mezcla a ebullición, luego reduce el fuego a bajo, tapa la olla y deja cocinar a fuego lento durante al menos 45 minutos a 1 hora, o hasta que esté muy tierna.

Preguntas Frecuentes
¿Cuál es la temperatura interna segura para cocinar pollo?
75°C (165°F).
¿Cómo evito que el pollo asado se seque?
Seca bien el pollo, no lo perfores innecesariamente y báñalo con sus propios jugos durante el asado.
¿Puedo marinar el pollo durante mucho tiempo?
Lo mejor es marinar el pollo en el refrigerador y no por más de 24 horas.