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La música cubana está de luto. El pasado lunes, Santiago de Cuba despidió a uno de sus hijos más talentosos, el flautista y compositor Rubén Leliebre del Toro, quien falleció a los 44 años. Su partida deja un vacío inmenso en el panorama musical de la isla, un lugar que él llenó con el virtuosismo de su flauta, la innovación de sus arreglos y una pasión inigualable por la tradición sonora de su tierra.
Un Artista con Raíces Profundas en la Música Cubana
La carrera de Rubén Leliebre fue un viaje de descubrimiento y reinvención. Nacido en Santiago de Cuba, su talento fue evidente desde una edad temprana. Comenzó su formación musical en la Escuela Vocacional de Arte, donde supo que la flauta sería su compañera de vida. Este instrumento, que muchos asocian con la delicadeza de la charanga, Leliebre lo hizo suyo con una fuerza y un sabor que le valieron el apodo de «explosivo».
Un Repertorio que Cautivó a Todos
A lo largo de su trayectoria, su flauta no solo acompañó, sino que lideró a algunas de las agrupaciones más importantes del país. Fue una figura clave en la orquesta de Cándido Fabré, con quien trabajó en el disco Pa’ que se vaya lo malo, nominado al Cubadisco 2021. También formó parte del emblemático Septeto Sones de Oriente, con el que cosechó grandes éxitos, incluyendo premios Cubadisco en 2010 y 2011 por sus antologías. Su versatilidad lo llevó a colaborar con leyendas de la talla de Los Van Van y el salsero dominicano José Alberto ‘El Canario’, demostrando su capacidad para navegar entre géneros sin perder su esencia.

La Innovación de un Genio Creativo
Lo que diferenciaba a Leliebre era su habilidad para honrar la tradición mientras empujaba los límites de la música. Era un visionario. No se limitaba a tocar; componía y arreglaba, imprimiendo su sello personal en cada proyecto. Su fusión de ritmos tradicionales con elementos modernos fue un sello distintivo de su obra, resonando tanto con las generaciones mayores como con los jóvenes.
De Santiago para el Mundo
Rubén Leliebre fue un embajador de la música cubana. Sus giras lo llevaron a festivales de jazz y blues en Canadá, y su talento fue reconocido con múltiples premios, incluyendo un Premio Grammy Latino en 2015 por su trabajo con el Septeto Santiaguero. Su participación en el proyecto internacional «Flautas Gigantes» reafirmó su estatus como uno de los mejores flautistas de su generación, demostrando que su arte trascendía las fronteras de la isla. Además de su trabajo con grandes agrupaciones, Leliebre ganó el segundo premio del Concurso de Música Popular Electo Rosell en 2017 con su composición «Danzón inquieto», un claro ejemplo de su capacidad para innovar dentro de los géneros clásicos.
Un Legado Invaluable para las Nuevas Generaciones
El impacto de Rubén Leliebre en la música cubana es invaluable. Su influencia se puede sentir en cada flautista que busca infundir sabor y pasión en sus interpretaciones. Era un maestro que no solo tocaba, sino que sentía cada nota, y esa energía se transmitía a su público. Su muerte, a una edad tan temprana, es una pérdida para el mundo de la música.
Las causas de su fallecimiento no se han hecho públicas, pero su partida deja a amigos, colegas y admiradores lamentando la pérdida de un artista que todavía tenía mucho por dar. Su música seguirá resonando en los estudios de grabación y en los escenarios, un eco de su inmenso talento. La esencia de Leliebre, como bien lo expresó el Instituto Cubano de la Música, seguirá vibrando en cada nota que nos regaló. Su legado es una melodía que continuará inspirando y tocando corazones por generaciones.
¿Quién fue Rubén Leliebre?
Fue un talentoso flautista y compositor cubano, considerado una figura clave en la música de la isla, especialmente en la escena de Santiago de Cuba.
¿Con qué artistas o grupos famosos trabajó?
Colaboró con grandes nombres de la música cubana, incluyendo a Cándido Fabré, Los Van Van y el salsero José Alberto ‘El Canario’. También fue parte del Septeto Sones de Oriente.
¿Qué premios recibió en vida?
Fue galardonado con múltiples premios, incluyendo un Grammy Latino en 2015 por su trabajo con el Septeto Santiaguero.