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¿Te has preguntado alguna vez si existe alguna palabra en el idioma español que se pueda pronunciar pero no escribir? Pues resulta que sí, hay una palabra que tiene esa peculiaridad: sal-le. Se trata de una forma verbal con un pronombre enclítico, es decir, un pronombre que se une al final del verbo como un sufijo. Por ejemplo: mírala, escúchalos, váyanse, mantennos o llámame.
¿Qué significa sal-le en el idioma español?
La palabra sal-le se podría usar para dar una orden o un consejo a alguien de que salga de un lugar y se dirija a otra persona. Por ejemplo: “Sal-le al encuentro”, “Sal-le de ahí”, “Sal-le a saludar”. El verbo sal es una forma apocopada de salir, que se usa en algunas regiones de España y América Latina. El pronombre le sustituye al complemento indirecto, que indica a quién va dirigida la acción de salir. Por ejemplo: “Sal-le al encuentro a tu padre”, “Sal-le de ahí a tu hermano”, “Sal-le a saludar a tu abuela”.
¿Por qué no se puede escribir sal-le?
Aunque la palabra sal-le se pueda pronunciar sin problemas, las normas ortográficas del español no permiten escribirla con un guion entre el verbo y el pronombre. Según la Fundación del Español Urgente (Fundéu) y la Real Academia Española (RAE), los pronombres enclíticos deben ir soldados al verbo, sin ningún signo de puntuación que los separe1. Por ejemplo: déjame, suéltalo, vístete.
Sin embargo, si escribimos salle sin guion, nos encontramos con otro problema: ya existe una palabra con esa grafía, pero con un significado totalmente distinto. Se trata de la tercera persona del singular del presente de indicativo del verbo sallar, que según la RAE significa “escardar un sembrado con azada” o «tender sobre polines las grandes piezas de madera para conservarlas en los almacenes»2. Por ejemplo: “Él salle el maíz”, “Ella salle las vigas”.
¿Cómo se soluciona este dilema?
Ante esta situación, lo más recomendable es evitar el uso de la palabra sal-le y optar por otras formas alternativas que no generen confusión ni contradigan las reglas ortográficas. Por ejemplo: sal y ve a verle, sal de ahí y dile, sal a saludarle. De esta manera, se separa el verbo salir del pronombre le con una conjunción o una preposición.
Otra opción es usar el verbo salir completo y no la forma apocopada sal. Por ejemplo: sal le al encuentro, sal le de ahí, sal le a saludar. Así se evita el uso del guion, pero se mantiene la distinción entre el verbo sallar y la forma verbal con pronombre enclítico.
En conclusión, la palabra sal-le es un caso curioso de la lengua española que demuestra que no siempre hay una correspondencia exacta entre lo que se dice y lo que se escribe. Aunque se pueda pronunciar sin problemas, no hay una forma correcta de escribirla según las normas ortográficas vigentes. Por eso, lo mejor es buscar otras formas de expresar lo mismo sin caer en el error ni en la amb