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Los 4 estilos de apego y cómo influyen en tus relaciones
¿Te identificas como ansioso, evitativo, desorganizado o seguro? Para quienes no estén familiarizados con estos términos de la psicología popular, se refieren a los cuatro estilos de apego.
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¿Qué son los estilos de apego?
Los estilos de apego describen cómo se comportan las personas en las relaciones, desde sus deseos de cercanía e intimidad hasta su sensibilidad ante posibles amenazas en la relación. Pero a diferencia de los cinco lenguajes del amor o los tipos de personalidad de Myers-Briggs, los estilos de apego tienen raíces científicas.
Desarrollada por el psicoanalista John Bowlby en la década de 1950 y ampliada posteriormente por su colega Mary Ainsworth, la teoría del apego se centraba inicialmente en cómo se comportaban los bebés cuando se separaban de sus cuidadores. En la década de 1980, los psicólogos Cindy Hazan y Phillip Shaver descubrieron que los adultos mostraban pautas de comportamiento similares en las relaciones románticas.
Entender tu propio estilo de apego y el de los demás te puede ayudar a mejorar tus relaciones. Pero aunque la teoría del apego es omnipresente hoy en día, se malinterpreta con mucha frecuencia.
¿De qué trata cada estilo de apego?
Apego seguro
Las personas con un estilo de apego seguro se sienten cómodas en general con la cercanía y la intimidad, y son capaces de comunicar sus necesidades y sentimientos en las relaciones, afirma Levine, que también es profesora asociada de Psiquiatría en la Universidad de Columbia. Las personas seguras tienden a ser cariñosas y afectuosas, y en general confían en sus parejas sin temor a ser abandonadas. Como era de esperar, las personas seguras suelen ser más felices en sus relaciones, afirma Levine.
Apego ansioso
Las personas con un estilo de apego ansioso ansían intimidad y cercanía, explica Levine a CNN. Pero también son sensibles a las posibles amenazas para la relación: tienden a preocuparse por si su pareja quiere estar con ellos y, por tanto, requieren una validación más frecuente.
Cuando se enfrentan a una amenaza potencial para la relación, las personas ansiosamente apegadas a veces recurren a lo que se denomina comportamiento de protesta: por ejemplo, si perciben que su pareja les presta menos atención, pueden hacer cosas para ponerla celosa o amenazar con irse. Aunque equivocadas, estas reacciones son un intento de restablecer la conexión en la relación.
Alrededor del 19% de los sujetos de la investigación de Hazan y Shaver tenían un estilo de apego ansioso-ambivalente (otra forma en que se conoce este apego).
Apego evitativo
Las personas con un estilo de apego evitativo asocian la intimidad con una pérdida de independencia y, en consecuencia, tienden a retraerse cuando alguien se acerca demasiado. Según Levine, no es necesariamente que estas personas no quieran tener relaciones, sino que se sienten abrumadas por la cercanía.
«Existe la idea de que el amor lo conquista todo: que si alguien te quiere lo suficiente, hará todo lo que esté en su mano para estar contigo —afirma Levine—. Pero eso no es cierto en absoluto. La gente puede quererte mucho, pero dependiendo de su estilo de apego, se comportará de forma muy diferente».
Apego evitativo temeroso
El apego evitativo temeroso, también conocido como desorganizado, es una combinación de los estilos ansioso y evitativo y es más raro y menos discutido que los otros tres. Las personas con apego evitativo temeroso desean establecer una conexión, pero temen salir lastimadas una vez que están en una relación y, como resultado, tienden a alejar a las personas.
Entre el 3% y el 5% de las personas pertenecen a esta categoría, escribieron Levine y Heller en «Attached».
«Tienen tendencias de los estilos de apego ansioso y evitativo, salvo que hay más de esta herida central de traición —añadió Jessica Da Silva, terapeuta matrimonial y familiar y coach de apego—. A menudo han sufrido traumas muy graves, a menudo muchos abusos. Así que tienen la sensación de no poder confiar plenamente en la gente».
Lo que la gente no sabe de los estilos de apego
Los estudios sugieren que el mero hecho de conocer los cuatro estilos de apego puede tener un efecto positivo en las relaciones, no solo con la pareja, sino también con los amigos, la familia y los compañeros de trabajo.
Pero en lugar de considerar los estilos de apego como categorías rígidas, Levine afirma que es más acertado pensar en ellos como orientaciones. Estas características existen en un espectro y suelen depender del contexto. Algunas personas pueden tener un apego ansioso leve, mientras que otras pueden tener uno más extremo. Los estilos de apego también pueden variar de una relación a otra: una persona puede ser segura con su pareja, pero ansiosa con sus compañeros de trabajo, por ejemplo.