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Bizcochos en 13 pasos, ¿cómo se hace esta receta en Cuba?
Los bizcochos de soletilla, como se les conoce, son un bocadillo dulce, ligero y exquisito que también sirven de base para muchas otras preparaciones de repostería. Aquí en Cuba lo conocemos simplemente como bizcochos y una vez que lo probamos no paramos hasta agotar todo el paquete.
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¿Cómo es el bizcocho cubano?
Tiene forma alargada con ambos extremos redondeados y textura crujiente que se desvanece cuando lo llevamos a la boca. Su consistencia es perfecta para preparar otras recetas como el famoso tiramisú, ya que es una masa que absorbe muy bien los líquidos sin llegar a deformarse. Igualmente puedes consumirlo con café o chocolate, que son las formas más comunes que probamos en nuestra isla.
Tips para hacer bizcochos en Cuba
Como habíamos mencionado este delicioso bocadillo dulce se elabora a partir de una masa dulce a base de huevos, harina, azúcar y unas gotas de esencia de vainilla.
Su elaboración es totalmente artesanal y casera, aunque en muchos lugares del mundo se hace de forma industrial.
El secreto para que queden perfectos es obtener una mezcla con muchas burbujas, así la masa queda con la mayor cantidad de aire que le dará la consistencia ligera que los caracteriza.
Para hacer la forma inconfundible de los bizcochos se utiliza una manga pastelera con una boquilla lisa, presionando un poco para que no queden muy finos.
Su tiempo de cocción es corto y depende del horno, sabremos que están listos cuando los bordes se comiencen a dorar.
Receta de Bizcocho
Ingredientes
Para preparar esta receta, necesitas 120 g Harina común todo uso , 120 g de azúcar blanca, media cucharadita de polvo para hornear, 3 huevos, 1 cucharadita de esencia de vainilla, y también azúcar extra para esparcirla por encima.
Como se prepara
Colocamos los 3 huevos en un recipiente y batimos con una batidora eléctrica hasta que espumen bien (de 3 a 5 minutos). Cuando se hayan formado muchas burbujas y doble su volumen agregamos el azúcar en forma de lluvia sin dejar de batir.
Luego agregamos la esencia de vainilla y continuamos batiendo hasta alcanzar el punto de letra (cuando la mezcla que cae se marca en la superficie) que es entre 3 y 5 minutos en dependencia de la batidora que utilicemos.
Aparte, añadimos al polvo para hornear a la harina y mezclamos con una cuchara para a continuación tamizarla con ayuda de un colador y verterla sobre la mezcla. Lo mejor es dividir la harina en 2 porciones, así integraremos la primera porción con la mezcla sin que pierda aire mediante movimientos envolventes y muy suave.
Así mismo realizamos este paso con la segunda mitad, hasta obtener una masa lisa y homogénea. Agregamos la masa en una manga pastelera con u pico liso y formamos los bizcochos presionando la manga sobre un papel encerado encima de una bandeja para horno.
El tamaño ideal de los biscochos es entre 8 y 9 cm de largo por 2 cm de ancho cada uno, coloca tantos como quepan en la bandeja dejando un espacio de separación entre ellos de 3 cm, ya que al cocinarse suelen distenderse un poco hacia los lados.
Espolvoreamos un poco de azúcar blanca encima de los bizcochos y rociamos con un poquito de agua (con un spray o los dedos mojados).
Llevamos al horno precalentado a 180 grados durante 10 o 15 minutos, hasta que se empiecen a dorar los bordes. El tiempo depende da cada horno. Mientras se hornea la primera vuelta vamos preparando la segunda para evitar que la masa pierda aire mientras está en reposo y dañe el resultado final.
Una vez listos, los despegamos con cuidado para no desbaratarlos ya que aún están un poco calientes y son muy frágiles. Puedes servirlos acabados de hornear o dejarlos enfriar a temperatura ambiente y luego degustarlos.