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Receta de mojito cubano: un coctel típico en 8 pasos
El mojito no suele considerarse un cóctel clásico, pero sin duda es una de las bebidas más populares. Se trata de un cóctel con alcohol reconocido internacionalmente que cada vez más se pide en todo el mundo.
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Origen del mojito
Cuba es sin duda alguna la cuna de esta bebida, a pesar de que su origen exacto es siempre objeto de debate. Una de las historias apuntan a que el mojito se remonta al siglo XVI, concretamente al año 1586, cuando un grupo de piratas ya lo bebían bajo el nombre de “El Draque“, en honor al pirata inglés y comerciante de esclavos Francis Drake.
El mojito, antes se hacía con tafia, un predecesor primitivo del ron blanco, un aguardiente de caña, y se usaban los otros ingredientes para disimular su gusto áspero. La bebida mejoró mucho durante el siglo XIX, con la introducción de alambiques de cobre y el proceso de añejamiento que desembocó en la forma moderna del ron.
Este cóctel se dio a conocer como una bebida con ‘un poco de mojo‘, donde el toque era cortar las limas y agregarlas al final, y esto provocó que de forma coloquial se le aplicara el nombre que tiene actualmente.
Ingredientes para esta receta
Para preparar esta receta vas a necesitar 6 ingredientes fundamentales: Ron añejo de calidad, Hojas de hierbabuena, Lima fresca, Azúcar blanca, Cubitos de hielo y soda.
Pasos para hacer este coctel
Un cóctel con un buen equilibrio entre ácido, dulce y aromático, perfecto para celebrar y refrescar. Durante la maceración ten cuidado para no romper las hojas, la idea es que se desprendan sus aromas y esencia.
Ponemos unas cucharaditas de azúcar moreno en el fondo del vaso. El vaso debe ser de cristal. Este coctel se elabora directamente sobre el vaso, sin necesidad de coctelera. Vertemos el zumo de la lima y con la mano de mortero o con una cuchara de bar, diluimos el zumo con el azúcar.
Damos unos pequeños golpecitos a las hojas de menta para que liberen su aroma y las majamos un poco con una mano de mortero, apretándolas contra el azúcar en el fondo. No deben quedar totalmente rotas y machacadas, porque entonces resulta desagradable de beber.
Añadimos los trozos de lima en el fondo del vaso y le damos unos toques de mortero para que libere un poco su zumo. La lima le dará un toque más ácido y aún más aromático, pero hay que tener cuidado, porque a no todo el mundo le gusta ese toque de acidez.
Vertemos el ron y llenamos el vaso con hielo picado abundante. Echamos soda hasta completar el vaso, y removemos con suavidad la mezcla.
Decoramos con una rama de hierbabuena o menta, una rodaja de lima y servimos con una pajita para empezar a brindar.